Chocolates

El chocolate, la nieve y el frío se llevan bien, y la tradición chocolatera artesana del Pirineo da buena fe de ello.

Es difícil resistirse a un buen chocolate, nos da energía, es un potente estimulador cerebral, genera serotonina y nos hace sentir bien, nos devuelve a los mejores recuerdos infantiles, dicen que tiene poderes afrodisiacos… Así, ¿quién puede dejar de probarlo?